POSTULADO:
¿Qué tan determinante puede ser la relación Docente-Alumno para el aprendizaje?
Una excelente relación entre docentes y alumnos puede ser trascendente para una buena educación.
Este postulado nace de la inquietud por las relaciones humanas en esta sociedad que al parecer se esta volviendo cada vez más carente de buenas relaciones, que tanto puede afectar esto.
Este postulado se basara en la realidad chilena.
DESARROLLO
Por las experiencias que vemos día a día en los establecimientos educacionales nos podemos dar cuenta que la relación docente-alumno es inevitable en la educación. Pero, debemos notar que solo la “buena” relación docente- alumno es la base fundamenta de la educación. El alumno se siente en un entorno cómodo y de confianza donde es capaz de desenvolverse, y adoptar una actitud de recepción más optima. Un ejemplo claro de cómo NO se deben relacionar docente-alumno es el duro método llamado: ¡Acción y reacción!, una consigna pedagógica que se utilizaba antiguamente, y que lamentablemente aun existen docentes que la utilizan.
La realidad es que el compromiso que tenemos como docentes es el de ayudar a nuestros alumnos y sacarlos adelante; más aún cuando descubrimos que algunos tienen talentos e interés marcados, incentivarlos a una afán de superación y además hacerlos verse como personas que son capaces de superarse y triunfar frente a las adversidades. Con esto notamos que existe una clara y directa asociación entre la educación y el desarrollo del país y es en función de este último que se hacen los juicios relativos a la formación de profesores, ya que en Chile se responsabiliza el bajo nivel de educación directamente a los docentes; lo cual lleva al tema de la educación continuada o permanente, proceso en el cual deberían estar insertos los profesores como cualquier profesional que desee y necesite mantenerse al día en los desarrollos de su disciplina, para así desempeñar mejor su labor. La vida democrática exige ciertos valores, patrones y estándares, por consiguiente, que deben ser cultivados por el sistema educacional y, consecuentemente, por los agentes educativos más importantes que son los profesores; además en Chile parece haber consenso en que por una parte, el profesor debe ser un auténtico comunicador social, y por otra, un facilitador de las experiencias que permitan a los alumnos su auto desarrollo, ya que la educación es en sí misma un indicador de calidad de vida: alfabetización, niveles de escolaridad general, calidad de la formación y de los aprendizajes forman parte hoy día de la plataforma más elemental de la calidad de vida y la educación en su más amplia acepción, es ingrediente clave en el desarrollo de los otros elementos del concepto integral de calidad de vida. Es necesario entonces mejorar esta situación desde la más temprana educación, ya que los esfuerzos de mejoramiento de la educación prebásica y básica también repercutirán en la educación media. El artículo 9 del Código de Ética se refiere a la relación con los alumnos, ya que el profesor debe respetar y hacer valer los derechos observados en la Declaración de los Derechos del Niño y en la Declaración Universal de los derechos del Hombre de la ONU; y el artículo 14 de este Código habla acerca de la función social del profesor respecto a la formación y orientación de los valores universales de la Humanidad, que debe enseñar y ejemplificar a sus alumnos para que sean buenas personas. El Marco para la Buena Enseñanza supone que los docentes son educadores comprometidos con la formación de sus alumnos, por lo tanto deben tratarlos como personas para que se comporten como personas, en la medida en que se entregue amor en el desempeño de la profesión se recibirán los mejores frutos.
Conclusión
Como conclusión de este postulado podemos decir que las buena relación entre Docentes y alumnos siempre va a ser beneficiosa, ya sea para el docente, quien puede desenvolverse como profesional con la satisfacción de haber realizado un buen trabajo, y para el alumno quien recibió una educación de calidad que le puede servir para desarrollarse en la vida y aumentar su capital cultural.
En una educación de calidad el docente aprende de sus alumnos y los alumnos de los docentes.
¿Qué tan determinante puede ser la relación Docente-Alumno para el aprendizaje?
Una excelente relación entre docentes y alumnos puede ser trascendente para una buena educación.
Este postulado nace de la inquietud por las relaciones humanas en esta sociedad que al parecer se esta volviendo cada vez más carente de buenas relaciones, que tanto puede afectar esto.
Este postulado se basara en la realidad chilena.
DESARROLLO
Por las experiencias que vemos día a día en los establecimientos educacionales nos podemos dar cuenta que la relación docente-alumno es inevitable en la educación. Pero, debemos notar que solo la “buena” relación docente- alumno es la base fundamenta de la educación. El alumno se siente en un entorno cómodo y de confianza donde es capaz de desenvolverse, y adoptar una actitud de recepción más optima. Un ejemplo claro de cómo NO se deben relacionar docente-alumno es el duro método llamado: ¡Acción y reacción!, una consigna pedagógica que se utilizaba antiguamente, y que lamentablemente aun existen docentes que la utilizan.
La realidad es que el compromiso que tenemos como docentes es el de ayudar a nuestros alumnos y sacarlos adelante; más aún cuando descubrimos que algunos tienen talentos e interés marcados, incentivarlos a una afán de superación y además hacerlos verse como personas que son capaces de superarse y triunfar frente a las adversidades. Con esto notamos que existe una clara y directa asociación entre la educación y el desarrollo del país y es en función de este último que se hacen los juicios relativos a la formación de profesores, ya que en Chile se responsabiliza el bajo nivel de educación directamente a los docentes; lo cual lleva al tema de la educación continuada o permanente, proceso en el cual deberían estar insertos los profesores como cualquier profesional que desee y necesite mantenerse al día en los desarrollos de su disciplina, para así desempeñar mejor su labor. La vida democrática exige ciertos valores, patrones y estándares, por consiguiente, que deben ser cultivados por el sistema educacional y, consecuentemente, por los agentes educativos más importantes que son los profesores; además en Chile parece haber consenso en que por una parte, el profesor debe ser un auténtico comunicador social, y por otra, un facilitador de las experiencias que permitan a los alumnos su auto desarrollo, ya que la educación es en sí misma un indicador de calidad de vida: alfabetización, niveles de escolaridad general, calidad de la formación y de los aprendizajes forman parte hoy día de la plataforma más elemental de la calidad de vida y la educación en su más amplia acepción, es ingrediente clave en el desarrollo de los otros elementos del concepto integral de calidad de vida. Es necesario entonces mejorar esta situación desde la más temprana educación, ya que los esfuerzos de mejoramiento de la educación prebásica y básica también repercutirán en la educación media. El artículo 9 del Código de Ética se refiere a la relación con los alumnos, ya que el profesor debe respetar y hacer valer los derechos observados en la Declaración de los Derechos del Niño y en la Declaración Universal de los derechos del Hombre de la ONU; y el artículo 14 de este Código habla acerca de la función social del profesor respecto a la formación y orientación de los valores universales de la Humanidad, que debe enseñar y ejemplificar a sus alumnos para que sean buenas personas. El Marco para la Buena Enseñanza supone que los docentes son educadores comprometidos con la formación de sus alumnos, por lo tanto deben tratarlos como personas para que se comporten como personas, en la medida en que se entregue amor en el desempeño de la profesión se recibirán los mejores frutos.
Conclusión
Como conclusión de este postulado podemos decir que las buena relación entre Docentes y alumnos siempre va a ser beneficiosa, ya sea para el docente, quien puede desenvolverse como profesional con la satisfacción de haber realizado un buen trabajo, y para el alumno quien recibió una educación de calidad que le puede servir para desarrollarse en la vida y aumentar su capital cultural.
En una educación de calidad el docente aprende de sus alumnos y los alumnos de los docentes.